Sobre ese indicador, el ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, precisó que entre las esferas que signan el auge están la minería, la construcción, el comercio y todas las actividades relacionadas con el Canal interoceánico y el sistema logístico.
Al respecto, algunos analistas insisten en que el optimismo de algunos funcionarios estatales y economistas se basan más en pronósticos de instituciones internacionales, que en las aún débiles señales de la reanimación, cuyos resultados son poco visibles para las mayorías.
En tal sentido, sobresalen los reportes de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que coinciden en vaticinar para la nación istmeña uno de los más altos niveles de crecimiento en la región.
El constante tránsito de buques por el Canal de Panamá y la exportación de concentrado de cobre desde la mina de Donoso, en la caribeña provincia de Colón, son los signos más palpables hasta el momento de que el país inició la remontada tras caer el pasado año el PIB en 17,9 por ciento.
Sin embargo, sustentado en el desempeño económico de Panamá en este 2021, Alexander vaticinó que el próximo año se podría recuperar la producción de 2019.
De acuerdo con el informe del INEC el paulatino crecimiento del último trimestre es el reflejo de la reactivación a partir de la eliminación de restricciones sanitarias debido a la pandemia y los impactos del proceso de inmunización.
Las esferas que resaltan en ese sentido son comercio, construcción, inmobiliarias y empresariales y otras comunitarias.
Mientras que, dentro de las actividades agropecuarias, el cultivo de arroz y maíz; así como la producción de ganado vacuno, porcino y gallinas, aportaron el mayor auge.
Las que generaron valores agregados positivos por el intercambio con el resto del mundo fueron: minería, sobre todo cobre y sus concentrados; el Canal de Panamá, servicios portuarios, transporte aéreo y la Zona Libre de Colón, según el INEC.
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