Los médicos usan versiones artificiales de proteínas naturales para evitar la enfermedad severa en personas de alto riesgo infectadas, pero los experimentos preliminares sugirieron que la mayoría son impotentes contra la nueva cepa, describió el texto.
Una gran cantidad de publicaciones en servidores de preimpresión aportaron evidencia de laboratorio de que Ómicron es total o parcialmente resistente a todos los métodos actualmente disponibles basados en estos anticuerpos monoclonales, remarcó.
Aunque esa información aún no ha sido revisada por pares, algunas de las compañías fabricantes de terapias con anticuerpos ya reconocen que sus productos tienen menor potencia contra la última variante en comparación con las anteriores, advirtió el documento.
Solo cuatro –destacó- muestran una fuerte evidencia de retener cierta capacidad para frustrar la cepa: Sotrovimab, desarrollado por Vir Biotechnology en San Francisco, California, Estados Unidos, y GSK, con sede en Londres, Reino Unido.
Por otra parte, sumó, DXP-604, que se somete a ensayos clínicos en China y fue desarrollado por BeiGene y Singlomics, ambos con sede en Beijing.
Los hallazgos afectan la política sanitaria, advirtió, mientras ejemplificó que funcionarios de salud estadounidenses plantean racionar el Sotrovimab y asignarlo a los estados en función del número de infecciones y hospitalizaciones y la prevalencia de Ómicron.
Sin embargo, denunció el artículo, muchos países no pueden satisfacer la demanda inminente de ese anticuerpo o no pueden acceder a él en absoluto.
Tal situación aumentará la carga de un «sistema de atención médica ya estresado, expresó Rajesh Gandhi, médico de enfermedades infecciosas en Massachusetts General Hospital de Boston, citado por el medio.
Confirman la nueva cepa 106 naciones y continúa calificada de riesgo «muy alto», describió la víspera el reporte epidemiológico semanal de la Organización Mundial de la Salud.
Los sistemas sanitarios se preparan para un aumento de los positivos por Ómicron, que se propaga rápidamente y podría llevar a más hospitalizaciones y a una interrupción de servicios cruciales.
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