Los representantes del gigante sudamericano conquistaron 22 preseas de oro, 20 de plata y 30 de bronce, liderados por la nadadora María Carolina Gomes, quien alcanzó cinco metales (tres dorados, uno plateado y otro bronceado).
La sudamericana, de 36 años, reinó en los 50 y 100 metros estilo libre, en las categorías S13 y S12, respectivamente, para discapacitados visuales, y los 100 espalda (S12), finalizó sucbcampeona en el relevo mixto 4×100 de la modalidad más rápida de la natación y tercera en los 100 espalda (S12).
Además, implantó un récord paralímpico en los 100 libres al romper la marca de 1.16.38 minutos impuesta por la chipriota Karolina Pelendritou en la justa de Londres 2012.
Para mí la natación será siempre una forma de vencer mis miedos, expresó la sudamericana, quien creció en Caruaru, una ciudad del interior a 130 kilómetros de la capital del estado de Pernambuco y exhibe en su palmarés cuatro títulos en los Parapanamericanos de Lima 2019 y dos en el Mundial de Londres 2019.
La ondina tiene el síndrome llamado Morning Glory, una condición poco común que afecta el sistema nervioso y ha reducido su visión al 30 por ciento de su capacidad. Comenzó a practicar la natación a los cuatro años debido al bajo impacto que tendría el deporte en su visión deficiente.
El gran astro del deporte brasileño para personas con discapacidades motrices, amputaciones, ceguera y parálisis cerebral, el nadador Daniel Dias agrandó su leyenda al llegar a 27 lauros en citas paralímpicas, con los pergaminos bronceados conquistados en los 100 y 200 libre, modalidad S5, y la posta mista 4×50 de esa misma especialidad.
Dias compitió con atletas que tienen una coordinación moderadamente limitada, un movimiento muy pequeño de la mitad del torso y de las piernas, o la ausencia de extremidades.
Por América Latina secundó a Brasil en la clasificación de preseas, la delegación de México al finalizar en el puesto 19 con siete aureas, dos de plata y 13 de bronce.
El nadador Diego López, de la clase S3, se erigió en el gran estandarte de su país al lograr un metal de cada color, el oro de los 50 y la plata de los 200 metros libre, y la bronceada de los 50 espalda.
López compitió en una categoría para deportistas con una coordinación ligeramente limitada de la parte superior del torso y de los brazos, una limitación considerable en el resto del torso y las piernas, y para aquellos con una discapacidad general baja más la ausencia de extremidades.
Una de las grandes animadoras de las Paralimpiadas por la región, Cuba, finalizó en esta oportunidad en el escaño 35, con cuatro coronas, un subcampeonato y un tercer lugar, impulsada por las piernas extraclase de la velocista Omara Durand.
Sobre la pista del estadio Olímpico, Durand ensanchó su reinado al revalidar las coronas de los 100, 200 y 400 metros para llegar a ocho en el máximo certamen reservado para los mejores deportistas del mundo con alguna discapacidad física, mental o sensorial.
Durand acompañada siempre por su guía Yuniol Kindelán batió también su cota universal del doble hectómetro con 23.02 segundos y extendió su invicto que se remonta al 2011, en la clase T12, para débiles visuales.
Un país en crecimiento deportivo, Venezuela, protagonizó su mejor actuación en Juegos Paralímpicos al concluir en el peldaño 38, con tres metales dorados, dos plateados e igual cantidad de bronce.
Nacida sin parte de su brazo izquierdo, la corredora Lisbeli Vera, de solo 19 años, consiguió tres metales para la nación sudamericana en la clase T47, dos títulos (100 y 200 metros) y una plateada (400).
Además se convirtió en la primera deportista de su país en obtener dos coronas en lides para atletas discapacitados, hazaña que ningún representante venezolano ha logrado ni siquiera en Juegos Olímpicos.
Chile también tuvo un desempeño destacó en la lid nipona al terminar en la posición 45, con dos coronas, tres segundos lugares y un tercero.
El nadador Alberto Abarza estrenó el medallero de oro para la nación austral en Tokio al triunfar en los 100 metros espalda, segundo cetro de su país en Paralimpiadas después de la conseguida por Cristian Valenzuela en Londres 2012.
Trimonarca en los Parapanamericanos de Lima 2019, Abarza también se alzó con dos platas, 200 libre y 50 metros espalda para lograr el 50 por ciento de las preseas de su delegación.
Costa Rica soñó de lo grande con el velocista Sherman Guity, quien triunfó en la los 200 metros planos de la clase T64, una presea dorada inédita para la nación centroamericana en citas paralímpicas y finalizó segundo en el hectómetro para atletas amputados de una extremidad inferior por debajo de la rodilla.
El deporte tico solo había ganado cuatro preseas en Juegos Olímpicos tradicionales a lo largo de su historia, todas producto de los esfuerzos de las nadadoras Claudia Poll, quien conquistó oro en Atlanta-1996 y dos bronces en Sydney-2000, y su hermana Sylvia, quien logró una plata en Seúl-1988.
Perú también subió a lo más alto del podio con la taewkondoca Leonor Espinoza, en los 49 kilogramos, y Ecuador con la balista Poleth Méndez, en la clase F20, para atletas de campo que tienen una discapacidad intelectual.
Otro acontecimiento significativo para Latinoamérica y el Caribe en Tokio 2020 fue la inédita presea de bronce de El Salvador en lides paralímpicas, ganada por Herbert Aceituno, en los 59 kilos.
jdg/am
*Periodista de la redacción Deportes de Prensa Latina.