Entidades feministas y abogadas luchan en este país de 40 millones de personas, cuyo Ministerio del Interior recibió, en los 12 meses anteriores, más de 17 mil quejas de violencia doméstica.
La defensa de los derechos femeninos choca contra una tradición abrumadoramente patriarcal y al uso por los jueces de leyes regresivas, junto a la indiferencia de las autoridades, sostienen las entidades defensoras y activistas.
Una encuesta reciente realizada por organismos estatales precisó que, para las menores de 18 años de edad, los matrimonios concertados treparon a 25,5 por ciento desde 21,7 registrados en 2011.
Una de las activistas por los derechos femeninos, Azhar, quien no dijo su apellido por temor a represalias, tenía unos 20 años cuando la obligaron a casarse.
Pronto quedó viuda y contrajo nupcias siete años después, pero vivió un calvario para divorciarse de ese segundo marido que la maltrataba.
El juez que conocía al hombre, rechazó la solicitud, pese a tres certificados médicos que probaban las lesiones causadas a Azhar.
“No dividiré familias sobre la base de certificados”, dijo en aquella oportunidad el encargado de impartir justicia, recordó la mujer.
En los casos de abuso doméstico, los jueces a menudo presionan por la reconciliación, afirmó el jefe de la unidad de protección familiar del Ministerio del Interior, el general de brigada Ali Mohamed.
“La víctima paga el precio”, subrayó Hanaa Edwar, quien encabeza la organización Al-Amal con 50 años de trabajo como defensora de los derechos femeninos.
Iraq carece de leyes para abordar la violencia contra la mujer, mientras el código penal de 1969 permite a los violadores escapar del castigo si aceptan casarse con sus víctimas.
Los grupos de derechos humanos buscan el respaldo del parlamento para un proyecto legislativo sobre abuso doméstico, pero desde 2010 lo bloquean los diputados.
Movilizar la opinión pública es a menudo la única forma de avanzar y obtener alguna victoria como ocurrió con Mariam, de 16 años de edad.
Ella quedó desfigurada por un hombre que irrumpió en su casa y la roció con ácido, luego de que su familia rechazó su oferta de matrimonio.
La historia de Mariam captó la atención de todo el país y de los medios informativos que divulgaron el caso y al menos dos sospechosos están en prisión a la espera del debido proceso.
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