Durante el juicio, los activistas, con edades que oscilan entre los 22 y los 33 años, admitieron su participación en la manifestación convocada por el movimiento Black Lives Matter (La vida de los negros importa) que surgió en Estados Unidos tras la muerte del afronorteamericano George Floyd a manos de un policía de Minneapolis, pero negaron haber cometido algún delito.
En la protesta que tuvo lugar en esa ciudad portuaria del suroeste de Inglaterra el 7 de junio de 2020 un grupo de personas derribó la estatua del connotado esclavista y la arrojó a las aguas de la bahía, de donde luego fue rescatada por el ayuntamiento y colocada en un museo un año después.
La defensa de los acusados argumentó que el monumento erigido en 1895 siempre causó polémica en la urbe porque algunos lo consideraban inapropiado y ofensivo.
El fiscal William Hughes, por su parte, no contradijo esos argumentos, pero señaló que Colston no era quien estaba siendo juzgado, y existían pruebas de los acusados que infringieron la ley.
Luego de tres horas de deliberaciones, el jurado anunció el veredicto de absolución, recibido con gritos de júbilo tanto por los cuatro manifestantes como por el numeroso público que se congregó en las afueras del tribunal.
En declaraciones a la cadena Sky News, la única mujer entre los cuatro acusados, Rhian Graham, agradeció las muestras de apoyo, entre ellas las del famoso y elusivo artista callejero Banksy, quien imprimió y puso a la venta camisetas con un diseño alusivo al derribo de la estatua.
Una cosa que tenemos claro ahora es que Colston no representa a Bristol, sentenció la activista.
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