El organismo fundamenta el pronóstico en el impacto que tienen los nuevos hábitos de trabajo y transporte, la creciente adopción del coche eléctrico y la transición energética, de acuerdo con sus expertos.
Según las nuevas proyecciones a mediano plazo de la AIE, la demanda global de petróleo se situará en 2020 en 96,5 millones de barriles al día (mb/d), frente a los 91 mb/d estimados para 2021, con un desplome de casi nueve mb/d respecto a los de 2019.
Para 2023 se espera un consumo de 101,2 mb/d, pero en ausencia de una intervención política más intensa y de cambios profundos en los comportamientos de la demanda, el crecimiento a más largo plazo empujará al alza los pedidos de crudo en los próximos años.
Se espera que todo ese incremento de la demanda provenga de las economías emergentes y en desarrollo, respaldado por el aumento de la población y los ingresos, con marcado énfasis en el mercado asiático, subrayó la AIE.
En relación con las solicitudes de crudo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la agencia descarta una recuperación del nivel de consumo de petróleo de 47,7 mb/d, previo a la pandemia.
‘La crisis de la Covid-19 provocó una caída histórica en la demanda mundial de petróleo, pero no necesariamente duradera’, indicó Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.
En su opinión, para que ese indicador toque techo en el corto plazo, deben mejorar los estándares de eficiencia de combustible, impulsar las ventas de vehículos eléctricos y frenar el uso de petróleo en el sector energético, explicó.
Birol también consideró necesario combinar esas acciones con un mayor teletrabajo, más reciclaje y una reducción de los viajes de negocios, lo cual podría disminuir el uso de petróleo hasta en 5,6 mb/d para 2026, y así la demanda mundial no regresaría nunca a donde estaba antes de la pandemia, vaticinó.
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