La idea es que aquellos adultos sin recibir aún la primera dosis de un fármaco contra el coronavirus SARS-CoV-2 paguen al sistema de salud, aunque no se ha definido aún la cantidad, explicó el primer ministro del territorio, François Legault, citado por Radio Canadá Internacional.
El jefe del ejecutivo de la segunda provincia más poblada de Canadá informó que solamente falta por inmunizar el 10 por ciento de los residentes en Quebec y, por tanto, la mayor parte de la población no debe sufrir las consecuencias de ellos, por lo cual el impuesto será “significativo”.
Debido a la mayor probabilidad de enfermarse gravemente y llegar a cuidados intensivos, las personas no vacunadas suponen una carga financiera para los demás, por lo cual el nuevo tributo no será inferior a 100 dólares canadienses (79,50 dólares).
La propuesta, que ya genera debate sobre los derechos individuales y la responsabilidad social, no se aplicaría a los que por razones médicas no deben recibir los inyectables, indicó Legault.
En las redes sociales grupos antivacunas advirtieron que recurrirán a los tribunales si finalmente imponen el impuesto.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo hoy que necesita saber más sobre la idea de imponer ese nuevo gravamen antes de decidir si apoya la iniciativa, la cual aclaró deberá cumplir con la Ley de Salud, legislación federal sobre el acceso universal a la atención médica.
En las últimas semanas, el número de casos de Covid-19 provocados por la variante Ómicron mantiene al límite los sistemas sanitarios del país, donde se registran alrededor de 40 mil nuevos infectados diariamente, como promedio de la última semana.
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