Borrell llegó la víspera a Moscú, en momentos en que las autoridades rusas calificaron de ‘intervención en sus asuntos internos’ las acusaciones de la UE por la detención del bloguero opositor Alexei Navalny.
Antes de partir de Bruselas, el jefe de la diplomacia europea reconoció que su viaje tiene lugar ‘en un contexto difícil’, escribió en su blog en internet.
Dijo que Rusia y la UE se ven ya ‘como rivales y competidores y no como socios’, aunque ‘los canales de comunicación están y deben permanecer abiertos’.
La víspera, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zajárova, instó a Estados Unidos y otros países de Occidente a respetar el derecho de las naciones a decidir sobre sus asuntos internos.
Zajárova señaló que su país siempre ha respetado el derecho de los Estados soberanos a decidir los asuntos internos por su cuenta, de acuerdo con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y otros instrumentos internacionales.
Anteriormente, el canciller Serguéi Lavrov indicó que ‘la histeria de Occidente en relación con el caso de Alexei Navalny y la situación en Rusia está fuera de escala’.
El pasado 2 de febrero, un tribunal de Moscú condenó al opositor ruso a 3,5 años de prisión por acusaciones de fraude a gran escala en el ámbito de su actividad empresarial. Pero solo deberá cumplir 2,5 años por el tiempo que pasó bajo arresto domiciliario.
Alrededor de 20 representantes de embajadas extranjeras, incluidos Estados Unidos, Bulgaria, Polonia, Letonia, Austria y Suiza, acudieron al juicio de Navalny.
La portavoz de la cancillería rusa aseguró que la presencia de diplomáticos extranjeros en el juicio del ciudadano ruso es una interferencia en los asuntos internos del país.
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