El portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, declaró que la visita a Myanmar la semana pasada del primer ministro camboyano, Hun Sen, había dado «buenos resultados».
También dijo que la presión internacional sobre su país no había disminuido, pero que no se doblegaría ante ella.
Myanmar vive en el caos desde hace 11 meses, con enfrentamientos en las calles de las ciudades y choques armados de las tropas gubernamentales con ejércitos de minorías étnicas y milicias en el interior del país.
El conflicto ha causado discordia dentro de la Asean sobre cómo tratar con Myanmar, pues algunos quieren marginar a esa nación de los encuentros regionales y otros quieren un acercamiento.
La presidencia de Cambodia opta por esta última variante, aunque varios de los restantes miembros piden a la junta militar cumplir primero con los compromisos de paz acordados bilateralmente el pasado año.
Hun Sen visitó la semana pasada al jefe de la junta, Min Aung Hlaing, lo que según grupos de derechos humanos puede legitimar el golpe militar del año pasado y su represión contra miles de activistas por la democracia.
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