Una caravana del ocupante estadounidense intentó llegar a una de sus bases ilegales cruzando por el poblado de Salhiet Hareb en la provincia nororiental de Hasakeh, pero tanto pobladores como militares lo impidieron y la obligaron a abandonar la zona.
Una acción similar fue protagonizada por los residentes de la localidad de Damkhiyeh Sagheira, en el municipio de Qamishli en la misma provincia, donde seis vehículos militares tuvieron que dar vuelta ante la persistencia de los civiles.
De igual manera, una tercera columna del Pentágono intentó realizar una provocación al aproximarse a una posición de las Fuerzas Rusas en la ciudad Al-Qamishli, donde las tropas, según informó el portal Avia.Pro, lograron bloquear el movimiento de los vehículos hostiles.
Esta vez fueron las tropas rusas las que salieron al paso del convoy militar estadounidense y no las sirias como en otras ocasiones.
La ira popular se incrementa notablemente contra las prácticas de las tropas de Washington, y durante los últimos meses se reportaron ataques con explosivos contra convoyes o con cohetes a sus bases, de acuerdo con reportes oficiales.
A pesar de las repetidas denuncias de Siria en las Naciones Unidas y en los foros internacionales, Washington sigue manteniendo al menos 12 enclaves, en su mayoría en los campos de petróleo y gas, principalmente en la región de al-Jazira (este del Éufrates).
Esta presencia ilegal de las tropas norteamericanas, de acuerdo con las denuncias, incentiva la actividad terrorista y separatista y priva al pueblo de sus riquezas naturales ya que los militares de Estados Unidos y sus agrupaciones extremistas aliadas continúan el saqueo del trigo y el petróleo.
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