Detallaron que unos 25 oficiales de las fuerzas especiales turcas llegaron al campamento al-Mastouma, ubicado a tres kilómetros al sur de la ciudad septentrional de Idlib y alberga la mayor base militar del país euroasiático en la zona.
Estos militares comenzaron, según las fuentes, a entrenar a los milicianos a usar armas fabricadas en Turquía, incluidos lanzamisiles antiaéreos portátiles, así como blindados de diferentes tipos.
Los extremistas que reciben el entrenamiento son integrantes del llamado Frente de Liberación Nacional creado por Ankara, que abarcan una coalición de 11 formaciones militares ilegales, precisaron.
Hasta el momento se completó el entrenamiento de 600 armados y el objetivo es llegar a un total de mil 500 efectivos capaces a emplear armas turcas en las líneas del frente contra el ejército sirio.
Estas armas, según denuncian las fuentes, podrían caer en manos de los terroristas de al-Qaeda presentes en Idlib, ya que con anterioridad estos radicales se apoderaron de misiles antiblindados tipo Tow de fabricación estadounidense y los usaron contra las tropas sirias y rusas.
Turquía controla desde 2018 zonas en el norte de Siria, particularmente en las provincias de Idlib, Alepo, Raqa y Hasakeh, donde apoya públicamente a varias agrupaciones radicales.
Damasco denunció en varias ocasiones esa presencia, la calificó de ocupación y aseguró que impide la liberación completa de su territorio del terrorismo.
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