Así expresó la embajadora Ana Silvia Rodríguez en un evento organizado por la Asamblea General con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.
La representante permanente alterna de Cuba en Naciones Unidas se refirió a un conjunto de medidas adoptadas en el ámbito jurídico, económico, educativo, cultural y social, para eliminar las bases estructurales del racismo y la discriminación racial institucionalizada.
No obstante, indicó, a pesar de lo mucho que se ha avanzado, subsisten prejuicios en la conducta y expresiones de algunas personas.
‘Por ello, y con el objetivo de contar con una herramienta de trabajo integral para resolver esta problemática, en noviembre de 2019 se aprobó el Programa Nacional contra el racismo y la discriminación racial, coordinado por una Comisión Gubernamental que encabeza el Presidente de la República.’
Entre los objetivos de ese plan se incluyen identificar las causas de la discriminación; diagnosticar las posibles acciones a desarrollar por territorio y área de la sociedad; divulgar y visibilizar la herencia africana; y fomentar el debate público sobre la problemática racial, así como su presencia en los medios de comunicación, detalló.
Tales esfuerzos están en línea con las obligaciones como Estado parte de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, los compromisos asumidos en la Declaración y Programa de Acción de Durban, y el propósito compartido del Decenio Internacional para los Afrodescendientes, observó.
Rodríguez también advirtió que en el mundo se aprecia una inquietante oleada de racismo, discriminación racial y xenofobia; y discursos de odio contra migrantes y afrodescendientes.
En tanto, subrayó la diplomática, para Cuba ‘es un orgullo ser una nación uniétnica y mestiza, lo que constituye una fortaleza de nuestra identidad’.
‘Somos un país con sangre indoamericana, europea, africana y asiática. La inmensa mayoría de nuestra población es mestiza, como lo son nuestras tradiciones, idiosincrasia, religiosidad y cultura popular’, recalcó.
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