La visita del monarca español, que arriba a las 17:50, hora local, procedente de Madrid para participar en los actos conmemorativos de los 500 años de la fundación de San Juan como capital de Puerto Rico, ha generado sentimientos encontrados, dado al vínculo afectivo que mantienen los puertorriqueños con la nación ibérica.
En una carta abierta a Felipe VI, quien es huésped del alcalde de San Juan, Miguel Romero Lugo, la dirigencia de la organización independentista expresó que en otras circunstancias podría ser bienvenido en nuestra Patria, donde lo mueven “razones comerciales y financieras, no con Puerto Rico, sino con Estados Unidos”.
Los copresidentes del MINH, Julio Muriente Pérez y Ángel Rodríguez León, recordaron que el viaje del jefe de Estado español tuvo que coordinarse con el gobierno estadounidense, dada la condición colonial de Puerto Rico, que le impide decidir quien entra o quien sale del país, le prohíbe llegar a acuerdos comerciales internacionales.
Además, el gobierno de Puerto Rico, actualmente controlado por el anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), que preside el gobernador Pedro R. Pierluisi, no puede recibir oficialmente jefes de Estado ni cuenta con personalidad jurídica internacional para esos y otros asuntos, anotaron los dirigentes independentistas.
De forma, que los 500 años de la ciudad de San Juan son realmente una excusa conveniente para acercarse a sus socios admirados, los mismos que derrotaron a sus antecesores reales hace 123 años en la Guerra Hispano-cubano-americana, como consecuencia de lo cual le entregaron Cuba y Puerto Rico en calidad de botín de guerra a Estados Unidos.
Puerto Rico era la primera colonia española con la que se topaban los barcos provenientes de la península hacia América —vacíos— y la última con la que se conectaban en la ruta hacia Madrid, cargados de toda la riqueza saqueada a nuestros pueblos, apuntaron.
“No es casualidad que, además de imponernos el castellano y el cristianismo como lengua y religión de conquista, nos dejaron una ciudad amurallada y dos fuertes militares, no escuelas, universidades, hospitales o centros culturales”, establece la misiva al monarca español.
El MINH sostuvo que la ciudad de San Juan fue edificada por los conquistadores que estaban bajo las órdenes de sus antecesores imperiales, con el propósito de establecer un enclave colonial dirigido a garantizar la seguridad de las embarcaciones y personas que participaban en el saqueo de América.
La organización recriminó, además, al rey español la intención de premiar con sendas condecoraciones al gobernador colonial-anexionista Pierluisi y al alcalde colonial anexionista de San Juan.
“Ambos representan la negación de Puerto Rico como nación caribeña y latinoamericana; ambos aspiran a que Puerto Rico desaparezca como sociedad antillana y se convierta en un apéndice de Estados Unidos; a semejantes sujetos está premiando usted, todo por haber facilitado sus gestiones comerciales y financieras con Washington”, según el MINH.
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