Estados Unidos aseguró a Rusia que esta semana transmitiría sus respuestas, explicó el funcionario durante su intervención de este miércoles en el espacio La hora del Gobierno, en sesión plenaria de la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento ruso).
Subrayó que cualquier decisión “debe partir del hecho de que la seguridad de Rusia y sus ciudadanos es una prioridad incondicional, y se protegerá de manera confiable en todas las circunstancias”.
Lavrov puntualizó que Moscú no dejará que Occidente liquide sus iniciativas en interminables discusiones, por lo que en dependencia de las respuestas y de conjunto con otros ministerios, se pondrán a consideración del presidente Vladimir Putin, los próximos pasos a seguir.
Dijo que la estrategia de prolongar los debates sobre los documentos presentados por Rusia “es claramente visible, sobre todo en los intentos de abandonar todo este tema en la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa)”.
Según el ministro ruso de Asuntos Exteriores, tal intención también resulta evidente en los persistentes llamados de la Unión Europea (UE) para que le den un espacio en estas discusiones, algo que, dijo, “no vamos a permitir, no vamos a dejar que nuestra iniciativa se enrolle”.
Recordó que en la reunión en Ginebra del pasado 21 de enero con el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, este aseguró que Washington enviaría a Moscú “tan pronto como esta semana, respuestas escritas artículo por artículo”, que explican la posición de su país.
El pasado 17 de diciembre, Moscú publicó dos borradores de posibles acuerdos de compromisos legales de seguridad a largo plazo para Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Los documentos exigen a los países de la Alianza Atlántica garantías que aseguren la contención de la ampliación del bloque hacia el este y que eliminen la posibilidad de adhesión a la OTAN de las exrepúblicas soviéticas, sobre todo de Ucrania.
El no acercamiento de la OTAN hacia las fronteras rusas; la inadmisibilidad de su expansión hacia el este; la no aparición de armas que amenacen su seguridad en países vecinos, incluido Ucrania; y la no realización de maniobras provocativas en sus inmediaciones; son algunas de las exigencias que pondrá sobre la mesa de diálogo.
Entre otros puntos, la propuesta señala que Rusia y Estados Unidos aceptarían no usar el territorio de terceros países para preparar ofensivas o realizar acciones armadas que afecten a los intereses fundamentales de la seguridad de la otra parte.
Solicita eliminar toda la infraestructura disponible para el despliegue de armas nucleares fuera del territorio de ambos países y prohibir la capacitación de personal militar y civil de naciones no poseedoras de armas nucleares para su uso.
“Las partes no realizarán ejercicios y entrenamientos militares, incluido el desarrollo de escenarios bélicos para la utilización uso de armas nucleares”, apunta el documento.
Además, Moscú insta a Washington a renunciar de manera recíproca al despliegue de armas nucleares fuera del territorio nacional y repatriar las ya emplazadas.
La demanda establece el compromiso de Moscú y Washington a no expandir misiles terrestres de medio y corto alcance en otros países ni en zonas de su territorio desde las que sería posible alcanzar a la otra parte.
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