La manifestación sucede a una fallida negociación con el Gobierno, mientras que el Ministerio de Recursos Humanos amenazó a los participantes con consecuencias aun no determinadas.
Al menos 20 mil educadores agrupados en dos sindicatos negociaron previamente con el ejecutivo, pero sin resultados, sobre los temas antes citados.
Ahora el Gobierno consideró ilícita la manifestación y aseguró que “aunque no quieren amenazar a nadie, la organización de una huelga de esa naturaleza no quedará sin consecuencias».
En Hungría el sueldo básico de un maestro es de 610 euros mensuales por lo que en los últimos años el número de pedagogos cayó considerablemente.
En consecuencia la carga laboral aumentó, más aún cuando el Gobierno implantó como obligatoria la vacunación de los profesores de las escuelas e institutos.
Decenas de organizaciones de diferentes sectores se solidarizaron con los huelguistas que también recibieron mensajes de apoyo desde el extranjero, según la prensa nacional.
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