Los nuevos datos fueron confirmados a pocas horas de un segundo reporte preliminar que daba cuentas de 18 muertos, a consecuencia de una marea de lodo, piedras y escombros resultante de fuertes lluvias, que tomó por sorpresa a muchas personas del barrio La Gasca, el más afectado por el deslave.
De acuerdo con informaciones recientes, las estadísticas crecen a medida que avanzan las labores coordinadas de organismos de socorro y rescate.
Según datos actualizados, los heridos suman 47, dos de ellos en estado crítico, y al menos una veintena de personas están reportadas como desaparecidas.
Por otra parte, en la mañana fueron retirados más de mil 200 metros cúbicos de escombros, árboles caídos y semáforos, entre otros.
Testimonios de residentes en el lugar revelan incidentes como personas y vehículos arrastrados por el agua y el lodo que recorrieron varias calles.
Numerosos inmuebles también recibieron perjuicios severos y algunas familias perdieron todos sus enseres.
En el sitio trabaja personal de instituciones como los bomberos, la Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Agencia metropolitana de Tránsito y el Ministerio de Salud Pública.
El aluvión se debió a fuertes precipitaciones de hasta 75 litros por metro cuadrado registrados la víspera en la capital.
Al respecto, el alcalde de Quito, Santiago Guarderas, adelantó que habrá una evaluación del estado de las laderas del volcán Pichincha e incluso se refirió a una posible reubicación de los barrios localizados en el área afectada.
También está pendiente valorar la magnitud de los perjuicios materiales en viviendas, locales comerciales y las vías.
Según medios de comunicación, el fenómeno ocurrido la víspera no es el primero, pues desde 1975 hay registros de deslaves y aluviones en La Gasca y otras áreas del Distrito Metropolitano.
A juicio de expertos, el problema se debe principalmente a drenajes y quebradas taponados, mientras que la población responsabiliza del siniestro a la falta de mantenimiento, entre otros factores.
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