Aunque publicado de forma parcial para no perjudicar otra investigación que lleva a cabo la Policía, el reporte de la funcionaria pública Sue Gray concluyó que en las reuniones sociales celebradas en Downing Street cuando el país estaba bajo un confinamiento estricto por la Covid-19 hubo fallas graves de liderazgo y de juicio por parte de Johnson y de su personal.
Para tratar de alejar la atención sobre el llamado ´partygate´, el gobernante conservador anunció varios paquetes de ayuda para las regiones más atrasadas del Reino Unido y compensar el alza de la tarifa energética.
También hizo un viaje relámpago a Kiev para tratar de dar la imagen de ser un líder involucrado en la política internacional en medio de las tensiones provocadas por las especulaciones de Occidente sobre una inminente invasión rusa a Ucrania.
Sin embargo, el mal ya estaba hecho, pues a finales de la semana se produjo una estampida en la oficina del primer ministro, con cinco de sus ayudantes y asesores, entre ellos su principal consejera política, el jefe de prensa y uno de los secretarios privados, anunciando su dimisión con pocas horas de diferencia.
Desde la bancada conservadora en el Parlamento también aumentaron las presiones para que Johnson presente su renuncia, mientras que el muro de contención formado por los ministros del gabinete comienza a dar señales de resquebrajamiento.
Según las leyes internas del partido, si 54 de los 360 legisladores conservadores actualmente en la Cámara de los Comunes informan por escrito al presidente del llamado Comité 1922, Graham Brady, que ya no confían en el primer ministro, entonces se convocaría a un voto de confianza.
De no conseguir el apoyo de la mitad más uno de sus correligionarios en esa votación, Johnson tendría que dimitir para dar paso a un concurso de liderazgo interno de donde saldría su sustituto. En caso de sobrevivir, el gobernante no podrá ser cuestionado nuevamente durante los próximos 12 meses.
Solo Brady conoce exactamente cuántos diputados enviaron cartas al comité porque ese dato es confidencial, pero al menos 15 legisladores ya pidieron públicamente la renuncia de Johnson, y se cree que algunos más se les sumarán a partir del lunes, luego de la publicación del informe sobre las fiestas ilegales.
La opinión pública tampoco le favorece, ya que según un sondeo divulgado la víspera por la firma Redfield y Wilton, el 65 por ciento de las personas encuestas dijo que el primer ministro debe renunciar si es multado por la policía por infringir la cuarentena.
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