Al término de un encuentro la víspera en la Casa Blanca con el canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente Biden aconsejó a los estadounidenses que están en Ucrania que abandonen el país, citando el riesgo de violencia en caso de una invasión rusa a su vecino.
Los comentarios del ocupante del Despacho Oval se producen mientras funcionarios de Washington llevan semanas tratando de sembrar la matriz de opinión de la amenaza de una incursión de esa naturaleza, algo que desmintieron tanto Moscú como Kiev.
Según el diario The Hill, algunos funcionarios afirmaron el fin de semana que Rusia tiene el 70 por ciento de las fuerzas de combate que necesita para invadir Ucrania; sin embargo, el propio Kiev salió al paso al pedir a los ciudadanos de ese país que “no crean en predicciones apocalípticas”.
En los últimos días Estados Unidos también incrementó el suministro de armas a Ucrania y envió tropas adicionales a los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Europa del Este y Alemania.
Corrientes en círculos de los partidos Demócrata y Republicano de Estados Unidos que atacan a Rusia sobre Ucrania están decididos a iniciar una guerra, opinó recientemente el congresista Ron Paul.
Cuando los políticos estadounidenses hablan de la concentración de tropas de Moscú en la frontera ucraniana, por ejemplo, omiten el hecho de que esas fuerzas están en realidad dentro de Rusia, dijo.
Con las tropas de Estados Unidos en unos 150 países en el extranjero, uno pensaría que Washington podría detenerse antes de criticar la “agresión” de las fuerzas dentro de las propias fronteras de un país, concluyó.
Las autoridades de Moscú alertaron que Rusia no representa amenaza para nadie y enfatizó que los intentos por resolver el problema en el sureste de Ucrania por la fuerza traería graves consecuencias.
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