Esta situación se produce cuando esta nación devastada por la guerra registra un fuerte aumento del número de casos, reflejó la cadena Aljazeera.
En el Hospital Afgano-Japonés de Enfermedades Transmisibles, el único centro hospitalario de Kabul que brinda tratamiento contra la Covid-19, el personal sólo puede calentar el edificio por la noche debido a la falta de combustible, incluso cuando las temperaturas invernales caen por debajo del punto de congelación durante el día.
Su director, Mohammed Gul Liwal, dijo que carecen de todo, desde oxígeno hasta suministros de medicamentos y la situación empeora por día.
Desde que los talibanes tomaron el país centroasiático hace seis meses, los empleados de los hospitales solamente recibieron el salario de un mes, en diciembre.
El colapso del sistema sanitario agrava la crisis humanitaria de Afganistán, donde aproximadamente el 90 por ciento de la población cayó por debajo del nivel de pobreza.
Con las familias que apenas pueden permitirse el lujo de comer, al menos un millón de niños están amenazados de inanición.
Es probable que la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, esté golpeando con fuerza a Afganistán, dijo Liwal, pero admite que es sólo una suposición pues el país aún espera los kits que analizan específicamente la variante.
Se suponía que llegarían antes de finales del mes pasado, señaló el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Javid Hazhir.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que del 30 de enero al 5 de febrero, los laboratorios públicos de Afganistán analizaron ocho mil 496 muestras, de las cuales casi la mitad fueron positivas a la Covid-19.
La OMS registró más de siete mil 400 muertes y cerca de 167 mil infecciones desde el inicio de la pandemia en el país hace casi dos años.
A falta de pruebas a gran escala, se cree que las cifras reales son mucho mayores.
Afganistán necesita ayuda humanitaria urgente desde la toma del poder por los talibanes en agosto último, cuando Estados Unidos y la OTAN sacaron estrepitosamente sus tropas tras 20 años de intervención, con saldo de miles de civiles muertos.
Tras la ocupación militar estadounidense, que costó más de dos billones de dólares al contribuyente norteamericano, según los cálculos de la Universidad de Brown, Afganistán quedó en una grave crisis humanitaria, que afecta a millones de personas.
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