En declaraciones este sábado a la televisora Sky News, el funcionario admitió, no obstante, que en medio de la escalada de las tensiones en la frontera ruso-ucraniana, Londres envió instructores a Kiev para entrenar a los soldados ucranianos en el manejo del armamento antitanque recién entregado por el Ejército británico.
El Reino Unido, Estados Unidos y el resto de los miembros de la OTAN acusan a Rusia de querer invadir Ucrania, cuyo gobierno solicitó la membresía de la alianza militar liderada por Washington.
Moscú se opone de manera categórica a la expansión de la OTAN hacia Europa del Este por considerar que representa una amenaza para su seguridad nacional, y mantiene más de 100 mil soldados cerca de la frontera ucraniana, aunque niega tener planes de atacar.
Pese a que Rusia señala que el despliegue de tropas dentro de su territorio es legítimo y tiene un carácter defensivo, el gobierno británico se sumó a la retórica antirrusa de Washington, con llamados al Kremlin para que retire a su ejército y amenazas de sanciones económicas y financieras.
La víspera, la cancillería británica siguió los pasos de Estados Unidos y otros países, y pidió a sus ciudadanos salir de Ucrania lo antes posible.
El anuncio llegó horas después de que la canciller Liz Truss se entrevistó en Moscú con su contraparte rusa Sergei Lavrov, quien luego calificó el encuentro como un “diálogo de sordos” debido a que según explicó, Londres mantuvo sus exigencias sin escuchar los argumentos del interlocutor.
Un día después, el ministro de Defensa Ben Wallace siguió los pasos de Truss, aunque todo indica que su reunión con su homólogo Sergei Shoigu trascurrió por mejor camino, pues el funcionario dijo después que se tomó muy en serio la promesa de que Rusia no tiene planes de invadir Ucrania.
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