Medios de prensa divulgaron que ataques con artillería pesada y lanzacohetes del ejército sirio destruyeron cuarteles y almacenes de derivados de petróleo de los extremistas del grupo Junta para Liberación del Levante, otrora al-Nousra, inscrito en la lista del terrorismo internacional.
Los bombardeos, según activistas citados por el diario al-Watan, tuvieron lugar en las localidades de al-Ziyarah, Mansoura y al-Daba en la provincia septentrional de Idlib, y fueron en respuesta a anteriores ataques terroristas contra puntos de los regulares sirios.
Mientras en la vasta zona desértica de al-Badiya, la aviación conjunta sirio-rusa reanudó sus incursiones contra sedes y refugios de la organización terrorista de Estados Islámico (Daesh, en árabe) en las zonas de Rasafeh, Al-Sukhna y la Cordillera de al-Bishry, entre las provincias de Raqa, Alepo, Hama y Homs.
Según fuentes militares, estas acciones dejaron destruidos a tres vehículos artillados y numerosas cuevas y fortificaciones, mientras seis yihadistas fueron abatidos y otros 11 resultaron lesionados.
El Ejército sirio, con apoyo de Rusia e Irán, logró liberar más del 80 por ciento de sus territorios, y las autoridades de Damasco denuncian que las agrupaciones terroristas remanentes cuentan con el apoyo de Estados Unidos y Turquía lo cual impide la estabilización completa del país.
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