Desde hace meses, el ascenso vertiginoso de Isabel Díaz Ayuso, consolidada como presidenta de la Comunidad de Madrid, comenzó a crear ruido en la agrupación de derecha que lidera Pablo Casado, acentuándose el establecimiento virtual de dos bandos.
Hubo algunas escaramuzas de ambas partes, en un intento fallido de limar asperezas. Díaz Ayuso expresó su total respeto y apoyo a Casado y este le devolvió las flores. Pero detrás de bambalinas, el cruce de sables siguió presto a cobrar víctimas.
Del enfrentamiento ya hay dos bajas, Angel Carromero, alto cargo del PP en el Ayuntamiento de Madrid, señalado por el supuesto espionaje a Díaz Ayuso a partir de un hipotético acto de corrupción del hermano de gobernante de la capital española, y el director de comunicación digital de partido, Ismael Sirio López Martín.
Carromero no pertenece al Ejecutivo nacional, aunque es muy afín a Casado y al alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida. Renunció al cargo de director general de la Coordinación de la Alcaldía, mientras López Martín dijo que su decisión estaba ya tomada desde antes, si bien se asocia ahora al escándalo en curso.
Casado admitió este viernes que se siente muy sorprendido y decepcionado ante lo ocurrido y aclaró que el dossier sobre el hermano de Ayuso por el supuesto cobro de comisiones en un contrato sanitario de mascarillas, “no vino de Moncloa” (la sede principal del Gobierno).
Expresó su deseo de poner fin a la guerra abierta desatada al interior del PP, la cual, apuntó, se puede zanjar hoy mismo con una condición: que Díaz Ayuso explique en concepto de qué su hermano cobró alrededor de 300 mil euros por la operación de compra de mascarillas.
Un analista local remarcó que la guerra ha escalado a tal velocidad y a la vista pública, que dejará tocado al PP. Rodarán cabezas, los dos (Ayuso y Casado) no podrán sobrevivir, opinaron otros expertos.
Convertida en una trama macabra en la que varios integrantes del PP parecen estar disparándose en los pies, flota en el ambiente la acusación de que miembros de la organización derechista contrataron detectives para investigar un contrato de provisión de barbijos ante el ascenso de la pandemia en su momento crítico.
La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, sentenció este viernes que la corrupción «es la marca de la casa del PP» y consideró que Díaz Ayuso “(…) es exactamente lo mismo: digna heredera del Partido Popular».
La también secretaria general de Unidas Podemos, declaró a Radio Nacional de España (RNE) que “la señora Ayuso va por el mismo camino que han ido los últimos cuatro candidatos del Partido Popular a la Comunidad de Madrid, que es el de acabar o imputada o condenada por corrupción».
Varias fuerzas de la izquierda, entre ellas el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) denunciaron este viernes ante la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, el contrato de emergencia de la Comunidad de Madrid para compra de mascarillas vinculado al hermano de Díaz Ayuso.
Tráfico de influencias y malversación de caudales públicos son señalados como potenciales delitos, en una línea similar a Más Madrid y Unidas Podemos, que también acudieron al ente fiscal para que se investigue el contrato de 1,5 millones euros en mascarillas a un amigo de la familia de la presidenta de la Comunidad de Madrid y la comisión a su hermano, Tomás Díaz Ayuso.
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