En conferencia de prensa luego de conversaciones con su homólogo belaruso, Alexandr Lukashenko, en el Kremlin, el mandatario subrayó que encontrarán un pretexto para hacerlo; pueden, por ejemplo, utilizar los acontecimientos en Ucrania, dijo. “La idea es frenar el desarrollo de Rusia y Belarús”, explicó.
Putin denunció que la presión de las sanciones “es absolutamente ilegítima”, a la vez que constituyen una grave violación del derecho internacional.
Moscú y Minsk han estado viviendo en esa situación durante muchos “porque quienes están en el poder, los que se consideran dueños de la vida actual, siempre interpretan todo a su favor y descuidan los intereses de otros”, dijo.
En su opinión, solo hay una forma de superar este estado de cosas: “fortalecernos desde dentro y, sobre todo, por supuesto, en el ámbito económico”, subrayó.
En respuesta a una pregunta sobre los posibles aliados de Rusia y Belarús para contrarrestar las restricciones impuestas desde el exterior, el presidente ruso señaló que Moscú y Minsk deberían ayudarse a sí mismos.
“Y esto es exactamente hacia lo que apuntó nuestra reunión de hoy, estuvo en el centro de nuestra atención”, comentó, en referencia al análisis entre ambos mandatarios del estado actual de la cooperación económica.
A la vez, coincidió con la valoración de su par belaruso, quien afirmó que el mundo es grande y no se puede encerrar todo con un candado, indicó la agencia de noticias TASS.
Según el mandatario, muchos países se enfrentan a las consecuencias directas e indirectas de las restricciones impuestas por las sanciones, incluso aliados de Estados Unidos. “Simplemente cierran la boca, guardan silencio, lo toleran”, pero a nadie le gusta, enfatizó. mem/mml