La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, reiteró la víspera en un comunicado que Rusia podría lanzar un ataque contra Ucrania “en cualquier momento», aunque Moscú insiste en que tales afirmaciones son infundadas y solo aumentan la tensión.
Psaki también añadió que el presidente recibió información actualizada sobre las reuniones de su vice, Kamala Harris, quien asiste a la Conferencia de Seguridad de Múnich, en Alemania.
En su discurso de apertura, la número dos de la mansión ejecutiva amenazó con una respuesta «rápida, severa y unida» en caso de la supuesta agresión de Rusia a Ucrania.
Harris se refirió a las “sanciones financieras de gran alcance y controles de exportación” que impondrán a la nación euroasiática.
“Apuntaremos a las instituciones financieras y las industrias clave de Rusia», dijo en tono poco diplomático al enfatizar «no se equivoquen: la imposición de estas medidas radicales y coordinadas infligirá un gran daño a quienes deben rendir cuentas», destacaron aquí medios de prensa.
Biden dijo ayer que la Casa Blanca tiene “todos los indicios” de que Rusia está preparada para agredir a Ucrania “en los próximos días” y consideró muy alto el riesgo de guerra.
El diario Politico hasta publicó que sería “después del 20 de febrero”, la fecha probable para que se desate el conflicto, aunque ese mismo medio de comunicación dio el 16 del propio mes como el día cero, citando fuentes de alto nivel.
Para el canciller ruso, Serguéi Lavrov, el despliegue noticioso de Occidente sobre la “guerra fantasma” contra Ucrania es un terrorismo informativo.
Algunos analistas alertaron que el tema Estados Unidos-Rusia-Ucrania es apenas una cortina de humo que esconde los múltiples problemas por los que atraviesa la administración Biden.
En noviembre serán las elecciones de mitad de mandato y los demócratas podrían perder el control en ambas cámaras del Congreso si los votantes plasman en las urnas su frustración por el aumento de la inflación, la persistente pandemia de Covid-19 y promesas de campaña aún incumplidas por el gobernante demócrata.
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