Fue un tema al que debió referirse el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien al término de su encuentro con la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, habló en rueda de prensa del delicado asunto interno del PP.
Sánchez pidió a la organización que lidera Pablo Casado que resuelva cuanto antes su crisis interna, porque la estabilidad de España también la aporta la principal fuerza opositora, a la vez que emplazó a las partes involucradas a aclarar las acusaciones cruzadas de corrupción en su seno.
El jefe del Ejecutivo subrayó que no se va a inmiscuir en los problemas de un partido ni de ninguno, pero reclamó al PP resolver sus problemas cuanto antes y también aclarar las sospechas de irregularidades en la Comunidad de Madrid, que consideró una administración muy importante “para la arquitectura institucional de nuestro país».
Por su parte, la portavoz federal de Izquierda Unida (IU), consideró en rueda de prensa telemática que tanto Pablo Casado como Isabel Díaz Ayuso “deben dimitir”, entre otras razones porque el PP ha demostrado “que la corrupción es su forma de gobierno”.
Ambos han contribuido desde sus ambiciones personales y posiciones particulares a que la política española parezca una de esas series de mafias que tanto se llevan ahora, apostilló Rego.
No menos incisivo fue el partido Podemos, que a través de su portavoz, Pablo Fernández, acusó este lunes al PP de hacer de la corrupción la «única forma de gobierno y de hacer política».
Lejos de pedir perdón y acercarse a la legalidad vuelve a normalizar y tolerar la corrupción, anotó Fernández en referencia a las contradicciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre las comisiones cobradas por su hermano en la compra de mascarillas sanitarias en el pasado reciente.
Inconsistencias, falta de ética y tráfico de influencias, han sido los detonadores del escándalo que entra hoy en una semana crucial.
Aunque las declaraciones en defensa propia de Díaz Ayuso, han estado marcadas por los cambios de contenido, no sólo conserva simpatías entre los electores, sino que se consolidaron ayer con una concentración de apoyo y en rechazo a Casado.
El Comité de Dirección del PP se reunió en su sede madrileña con la expectativa de convocar a un congreso extraordinario para tratar de zanjar sus divisiones internas.
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