En la instalación en esta capital de la sesión 49 del Consejo, señalada hasta el 1 de abril, Rusia y Ucrania intercambiaron denuncias de violaciones de los derechos humanos.
La representante de Kiev, Yevheniia Filipenko, solicitó un debate urgente sobre el tema, al cual su vecino se opuso por considerar que no ayudará a resolver el conflicto.
De acuerdo con el embajador ruso, Gennady Gatilov, las acciones militares de su país iniciadas el jueves tienen carácter limitado, no persiguen blancos civiles y responden a una necesidad, después de ocho años de atropellos contra la población del Donbass, donde Moscú reconoció la independencia de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk. «Son ocho años de bombardeos y agresiones, durante los cuales se han ignorado los intereses de esas personas, con el silencio de quienes patrocinan esta situación. ¿Dónde estaban los colegas occidentales mientras esto ocurría?», preguntó Gatilov en el foro que desarrolla su segmento de alto nivel.
Recordó los asesinatos cometidos por nacionalistas ucranianos, entre ellos, la quema de un edificio en Odessa con seres humanos en su interior y los ataques a hospitales y escuelas de Donetsk y Lugansk.
Rusia quiere terminar con esta situación, para que el hermano pueblo de Ucrania viva en paz, señaló.
También queremos un diálogo político auténtico y sin politización, y en ese sentido el debate urgente mencionado no ayudará, subrayó tras insistir en que la nación vecina no escuchó las señales de Moscú y tampoco mostró voluntad de respetar los Acuerdos de Minsk.
El diplomático repudió que Occidente siga alimentado con armas a Kiev y esgrimió que en el tema de la integridad territorial de Ucrania, el Consejo de Derechos Humanos no tiene competencias.
Por su parte, Filipenko acusó a Rusia de causar cientos de víctimas civiles, entre muertos y heridos, y de destruir infraestructura no militar con bombardeos permanentes, todo lo cual niega Moscú.
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