“Estamos analizando lo que ocurrió ayer, las posiciones declaradas. El presidente está totalmente informado de los más mínimos detalles de la conversación. Decidiremos nuestra posición y después, si es necesario, prepararemos una nueva reunión”, señaló.
El ministro ucraniano de Asuntos Exteriores subrayó que su país está dispuesto a reunirse y resolver la situación por la vía diplomática, pero destacó que no acudiría a las negociaciones si Rusia “planea anunciar ultimatos”.
Antes, una fuente rusa informó a la agencia de noticias TASS que la próxima ronda de conversaciones entre las partes debía celebrarse mañana.
Ayer tuvo lugar el primer encuentro entre las partes en la ciudad belarusa de Gópel, y según los comentarios, fueron encontrados puntos importantes sobre los cuales se puede avanzar.
El presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Duma Estatal (Cámara Baja) rusa, Leonid Slutsk, uno de los miembros de la delegación de su país, explicó a la cadena de televisión Rusia 24 que la representación ucraniana estuvo dispuesta a escuchar y participar en una discusión detallada sobre la esencia de los temas de la agenda.
Luego del intercambio de cinco horas, el liderazgo de ambas delegaciones compartió información con los presidentes de sus respectivos países sobre la marcha de las negociaciones antes de la próxima reunión.
El asesor de la Oficina presidencial ucraniana, Mijaíl Podoliak, calificó de difíciles las pláticas, pero señaló que se desarrollaron “sin ultimatos obligatorios”.
La víspera, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó a su homólogo francés, Emmanuel Macron, en un diálogo telefónico que se conoció luego de las conversaciones, que la solución del conflicto armado “es posible sólo si se toman en cuenta de manera incondicional los legítimos intereses de seguridad de Rusia”, según un comunicado del Kremlin.
Como exigencias preliminares, Putin mencionó “reconocer la soberanía rusa sobre Crimea, desmilitarizar y desnazificar el Estado ucranio, y el compromiso vinculante de su declaración de neutralidad”, agregó su servicio de prensa.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
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