“No existen otros propósitos”, aclaró el diplomático, “nadie quiere ocupar el territorio ucraniano ni ampliar nuestra área geográfica mediante la expansión” y aludió al reconocimiento de la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, decisión aplaudida por el gobierno sandinista.
De acuerdo con el representante, los acuerdos suscritos con ambos Estados prevén la ayuda de todo tipo porque la nación euroasiática no puede ignorar los intereses y la vida de más de cuatro millones de rusos en la región del Donbass y puntualizó que tras esa medida Kiev recibió más armamentos.
“No podemos permitir la creación de un espacio antirruso, así podemos ahora llamar al estado ucraniano que se convierte en la base militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por eso, decidimos destruir toda su infraestructura militar”, sentenció Khokhólikov.
El embajador recordó que durante la Segunda Guerra Mundial, Rusia perdió 27 millones de personas y siempre existió la voluntad de los países occidentales de empujar a las tropas alemanas comandadas por Adolf Hitler hacia la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
“La Ucrania nazi es el instrumento actual de las naciones europeas, por eso, en aras de no cometer los mismos errores históricos, el presidente Vladimir Putin con el apoyo del parlamento y del ejército decidió el impulso de la operación militar especial”, expresó.
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