La aeronave fletada por el gobierno nacional partió la víspera en un recorrido que incluyó Budapest (Hungría) y Varsovia (Polonia), dos de las urbes a donde llegaron por diferentes vías cientos de ecuatorianos en medio del conflicto existente entre Rusia y Ucrania.
Los pasajeros arribaron a esta capital en un airbus A330 de la aerolínea española World2Fly y previo al reencuentro con familiares pasaron por chequeos de salud en la Cruz Roja y posteriormente por otros de corte psicológico.
Quienes viajaron con mascotas también esperaron las revisiones pertinentes.
Una vez chequeados los documentos personales los viajeros llegaron a las mesas de emigración, donde no se consideró obligatorio el ingreso con pruebas de PCR o carnet de vacunación y finalmente fueron trasladados hacia el área donde los esperaron sus familiares.
En declaraciones a medios de prensa, varios de los estudiantes comentaron sus experiencias en territorio ucraniano y durante la salida hacia países fronterizos.
Igualmente manifestaron tener sentimientos encontrados, pues a pesar de estar felices por el reencuentro familiar, coincidieron en que debieron salir de manera intempestiva, dejaron la mayoría de sus cosas y truncaron sus estudios.
La cancillería es la instancia encargada de toda la logística para el retorno, con ayuda de otras instituciones de Estado.
Cercana a la medianoche, hora local, se espera la llegada de un segundo vuelo humanitario para el regreso de jóvenes que no pudieron subir a la primera aeronave, cuya capacidad es de 350 pasajeros, pero solo viajó con 248 debido a cambios operacionales.
Según se informó, otros nueve ecuatorianos pudieron ser parte de un vuelo humanitario gestionado por México y se encuentran en ese país centroamericano en espera de las gestiones para su traslado a esta nación andina.
Más de 700 jóvenes cursan estudios superiores en Ucrania, donde Rusia desplegó una operación militar desde el pasado 24 de febrero ante la solicitud de ayuda de autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, para repeler la agresión de Kiev.
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