En declaraciones a la emisora radial ABC Cardinal, el infectólogo Tomás Mateo Balmelli señaló que las proyecciones para las próximas semanas indican un incremento del número de contagios y llamó a sus compatriotas a seguir los protocolos establecidos, en especial el uso de tapabocas, lavado de manos y el distanciamiento físico.
Agregó que es preocupación del gremio de la salud el aumento de casos positivos a la enfermedad, y el colapso del sistema hospitalario del país sin distinciones entre centros públicos y privados.
El estimado es más preocupante porque se mantiene a pesar de las nuevas medidas restrictivas implementadas por el gobierno como parte de la cuarentena estricta que entró en vigor hoy y hasta el 4 de abril por decreto presidencial, aunque las autoridades no descartan su extensión.
Otros medios paraguayos refieren el crítico estado de las instalaciones hospitalarias, algunas donde casos positivos a la Covid-19 y pacientes con otras enfermedades comparten los mismos espacios.
El diario ABC destaca los más de 120 pacientes que esperan por una capacidad en la unidad de terapia intensiva del Hospital Barrio Obrero, una instalación que según su personal tenía una infraestructura deficiente para cumplir con su cometido ya antes de la pandemia.
Situación similar atraviesa el Hospital Regional de Caacupé, donde los pacientes son atendidos en los pasillos por la falta de cupos en las salas de atenciones especializadas, y en igual condición está el Hospital Nacional de Itauguá, refiere el rotativo La Nación.
De acuerdo con autoridades del Ministerio de Salud de Paraguay, el país promedia unos dos mil nuevos casos diarios positivos a la Covid-19 desde hace más de una semana, de ahí que llamaron a cumplir con las restricciones y protocolos sanitarios para disminuir el número de contagios y ‘oxigenar’ los centros de salud colapsados.
El complejo escenario sanitario de Paraguay es el detonante del descontento social en el país, que tuvo su punto álgido en las semanas de manifestaciones antigubernamentales, reprimidas por la policía con saldo de un fallecido, decenas de heridos y de arrestados.
Los manifestantes exigieron la renuncia del presidente Mario Abdo Benítez y su gabinete, a quienes acusaron de corrupción y mal desempeño de sus funciones, demandas apoyadas por la oposición parlamentaria que intentó, sin éxito, enjuiciar al mandatario.
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