El director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), QU Dongyu significó que unos 50 países de bajos ingresos y con déficits alimentarios del norte de África, Asia y Medio Oriente dependen parcialmente del suministro de trigo proveniente de Rusia y Ucrania.
A ellos se suma que más de la mitad del abastecimiento de fertilizantes en muchos países europeos y de Asia depende de Moscú.
El máximo responsable de la FAO recordó que los precios de los alimentos empezaron a subir desde la segunda mitad de 2020 y que alcanzaron un máximo histórico el pasado mes de febrero por la elevada demanda, los costos de los insumos y el transporte, y las interrupciones portuarias.
A ese dato, añadió los incrementos de los pedidos y la volatilidad de los precios del gas natural que provocaron el alza de los precios en los fertilizantes.
Según la FAO, Rusia es el mayor exportador de trigo del mundo, y Ucrania el quinto, en tanto juntos proporcionan el 19 por ciento del suministro mundial de cebada, el 14 de trigo y el cuatro de maíz, lo que supone más de un tercio de la comercialización mundial de cereales.
También son los principales proveedores de colza y representan el 52 por ciento del mercado mundial de exportación de aceite de girasol.
Para la Unión Europea, el conflicto entre esas naciones no representa un riesgo inmediato para el suministro de alimentos en los mercados europeos, aunque sí un alza de los precios derivados del aumento de los costos de producción a causa de las elevadas cotizaciones de la energía.
El bloque europeo espera un impacto en la seguridad alimentaria global, considerando que se trata de los grandes mercados exportadores de cereales y que la disponibilidad de comida va de la mano con la resiliencia alimentaria y la sostenibilidad.
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