Las ciudades de Alepo y Hasakeh en el norte y nordeste del país y de Sweida en el sur fueron escenarios de actos en los que los participantes izaron banderas de Siria y Rusia, y pancartas con frases condenan las acciones hostiles de Estados Unidos y la Unión Europea en su contra.
Asimismo, destacaron las sólidas e históricas relaciones sirio-rusas y consideraron que la operación militar rusa en Ucrania contribuirá a devolver el equilibrio al orden mundial.
Nuestra gratitud y solidaridad con Rusia que estuvo con el pueblo sirio en los momentos más difíciles de su guerra contra el terrorismo, decían algunas de las pancartas que llevaban los congregados.
Las máximas autoridades sirias anunciaron su respaldo a Rusia y su derecho a defender su seguridad y compararon la campaña mediática contra Moscú con la que enfrenta su país desde 2011.
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