En declaraciones este domingo a la televisora Sky News, Sunak dijo que las medidas punitivas tendrán su costo a nivel doméstico y que el gobierno no podrá proteger totalmente a la población de los tiempos difíciles que se avecinan.
Por supuesto que trataremos de ayudar, pero me temo que será difícil, recalcó el funcionario, quien el miércoles próximo presentará al Parlamento una actualización del presupuesto para lo que resta del año fiscal.
Al margen del impacto de las sanciones económicas y financieras impuestas a empresas, entidades e individuos considerados afines al Kremlin, los británicos deberán afrontar a partir del 1 de abril un incremento del 54 por ciento de la tarifa eléctrica.
El mes próximo también entrará en vigor el aumento del impuesto sobre las contribuciones a la seguridad social para empleados y empleadores y la subida del llamado Council Tax, la cuota mensual que deben abonar a las autoridades municipales los propietarios o arrendatarios de cada vivienda.
Aunque el gobierno conservador británico ofreció préstamos a las familias de más ingresos para ayudarlas a amortiguar el golpe, y asegura que las bases económicas del país están fuertes, muchos analistas consideran que la ayuda será insuficiente frente a la creciente inflación.
En respuesta a las declaraciones de Sunak, la diputada laborista Rachel Reeves, quien ocupa la cartera de Hacienda en el llamado gabinete a la sombra (opositor, afirmó que la población necesita algo más que palabras reconfortantes en estos momentos.
La legisladora reiteró la propuesta de su partido de aplicar un impuesto único sobre las ganancias a las compañías que extraen petróleo y gas en el el mar del Norte, y cuyos beneficios se dispararon en los últimos meses como resultado del aumento de los precios globales de ambos productos.
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