Los sistemas, que incluyen el sistema de misiles tierra-aire de corto alcance SA-8, fueron obtenidos con el fin de examinar la tecnología militar rusa y ayudar a entrenar a las tropas estadounidenses, dijeron funcionarios norteamericanos al medio.
Tanto el Consejo de Seguridad Nacional como el Pentágono se negaron a comentar qué armas específicas ya envió Washington a Kiev para responder a la operación militar de Rusia iniciada el pasado 24 de febrero.
La administración está autorizada a transferir los equipos mencionados en virtud de la ley anual de gastos que el presidente Joe Biden promulgó la semana pasada, la cual incluye 13 mil 600 millones de dólares para ayuda militar a las fuerzas ucranianas.
Rusia alega que uno de los objetivos de su incursión bélica es evitar que la nación vecina se siga militarizando, lo cual constituye un peligro para la seguridad del país euroasiático.
Entretanto, observadores políticos cuestionan el papel desempeñado por Estados Unidos y sus aliados en el actual conflicto, porque por un lado hablan de paz y canales diplomáticos, y por otro echan leña al fuego con el suministro de armamento.
Precisamente este lunes el jefe de la Casa Blanca sostuvo una videoconferencia con líderes europeos para reforzar la posición contra Rusia y coordinar la entrega de más apoyo militar a Ucrania.
El miércoles, el ocupante del Despacho Oval viajará a Europa para reuniones en Bruselas, Bélgica, con líderes del llamado Viejo Continente y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, de la Unión Europea y del G7.
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