De acuerdo con el jefe de la Casa Blanca, existe una «amenaza real» de que el mandatario ruso, Vladímir Putin, pueda emplear material tóxico en Ucrania, aunque según Moscú era Washington quien desarrollaba un programa biológico financiado por el Pentágono.
El gobernante norteamericano hizo ese comentario a su salida de la mansión presidencial rumbo a Europa, donde asistirá mañana a una reunión de emergencia de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas, Bélgica; se reunirá con líderes del G7 (Grupo de las economías más fuertes del mundo); y se dirigirá al Consejo Europeo.
Al preguntarle sobre su agenda en el llamado Viejo Continente, Biden afirmó que hablará cuando llegue allí, aunque la víspera el secretario de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, dijo que anunciará medidas coordinadas previamente con los líderes europeos para reforzar las sanciones contra Moscú.
Desde el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania hace casi un mes, mucho se especula sobre si el conflicto pudiera escalar aun más, con el uso de armas químicas, biológicas e, incluso, nucleares.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, denunció que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), apoyado por países de Occidente, planifica atacar a la población civil con sustancias tóxicas para acusar al país euroasiático de la agresión y del uso de armas químicas.
Observadores advierten que Washington está cultivando ese terreno, lo que pudiera ser un anticipo de una operación de falsa bandera para culpar a los rusos.
Igual escenario fue escenificado en Siria en 2012 para culpar al Gobierno de Bashar Al-Assad del uso de tales sustancias para escalar la agresión estadounidense y de la OTAN contra esa nación del Medio Oriente, recuerdan analistas.
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