Además, el mandatario intentará la aprobación de un nuevo impuesto mínimo sobre la renta para los multimillonarios.
Según anticiparon medios locales, la partida que solicitará Biden para defensa será de 813 mil 300 millones de dólares, un aumento de 31 mil millones, o cuatro por ciento del gasto aprobado del actual año fiscal y alrededor de 43 mil millones más de lo proyectado por la Oficina del Presupuesto para el periodo.
Una fuente no identificada confirmó al diario The Hill que la propuesta presupuestaria del presidente sería «una de las mayores inversiones en seguridad nacional en la historia de Estados Unidos», país que ocupa el primer lugar a nivel mundial en gastos militares.
Dijo que los fondos mantendrían “la asistencia de seguridad continua a Ucrania” y además se «invertirá en reforzar nuestra defensa, la seguridad del Indo-Pacífico y la alianza de la OTAN».
Biden pidió 753 mil millones de dólares de gasto global en defensa y seguridad nacional para el año fiscal 2022, pero finalmente se incrementó a 782 mil millones.
Como parte del plan de presupuesto, la Casa Blanca publicó el sábado que se establecerá el «Impuesto sobre la renta mínima para multimillonarios» que exigiría a los más ricos pagar al menos el 20 por ciento de sus ingresos totales, incluidos los ingresos por inversiones no realizadas.
El gravamen es coherente con el deseo de la base progresista del Partido Demócrata de imponer cargas más elevadas a los estadounidenses más acaudalados, reportó la cadena CNN.
Pero que llegue a convertirse en ley es una cuestión que no está del todo clara en el Capitolio, donde algunos miembros más moderados del partido rechazaron antes esas iniciativas.
La mansión ejecutiva proyecta que el impuesto a multimillonarios por sí solo reduciría el déficit en 360 mil millones de dólares durante la próxima década.
Mientras que el presupuesto general del año fiscal 2023 disminuiría el déficit federal en más de mil millones en dos lustros, comentó la televisora.
El tema de los impuestos a los más ricos de Estados Unidos para abordar la desigualdad económica fue un asunto sobre la mesa en las elecciones de 2020, en particular entre los demócratas progresistas como los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren.
Ambos incluyeron en sus agendas de campaña la necesidad de un impuesto sobre el patrimonio neto de los estadounidenses más adinerados.
El año fiscal del Gobierno federal arranca el 1 de octubre y se extiende a lo largo de un calendario hasta el 30 de septiembre del año siguiente.
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