El nuevo código, según informó la presidencia siria por medio de una nota de prensa, van en conformidad con las obligaciones constitucionales que prohíben la tortura y las disposiciones de la Convención contra la Tortura ratificada por el gobierno de esta nación.
Las penas, según el texto, llegan a pena de muerte si la tortura causó el fallecimiento de una persona, o fue agredida por violación o fornicación durante el hecho.
Mientras se aplica cadena perpetua si la tortura se comete contra un niño o una persona con discapacidad, o causó una discapacidad permanente.
Estipula que quien la la cometa, participe, ya sea para obtener una confesión o para lograr fines personales, materiales o políticos, o con ánimo de venganza o represalia, será privado de libertad durante al menos ocho años.
La legislación conserva el derecho de presentar denuncias o informar de torturas, y brindar protección al denunciante, además de mantener la confidencialidad y proteger a los testigos, peritos y sus familiares.
Siria vive una guerra desde 2011 durante la cual surgieron denuncias maltratos cometidos contra civiles y militares, mientras gobiernos hostiles a Damasco utilizaron este tema como herramienta para recrudecer las presiones contra el gobierno de esta nación
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