El impacto en la actividad económica actúa como un profundo shock de oferta difícil de cuantificar en este momento porque el panorama está en constante evolución, indicó un informe de la institución perteneciente a la principal organización empresarial de este país.
La crisis militar, sin embargo, se inserta en un panorama de por sí difícil por la persistencia de la pandemia, la presión alcista sobre los precios de diversas materias primas y los cuellos de botella en algunas cadenas de suministro globales, señaló el documento.
En ese sentido, delineó un escenario probable a partir de julio próximo con el fin de la guerra o, en todo caso, la disminución de la incertidumbre y las tensiones, en particular sobre los precios del gas y el petróleo, los cuales descenderán aunque permanecerán por encima de los niveles de 2021.
En ese contexto, el CSC previó un incremento de 1,9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), propiciado por el 2,3 por ciento registrado a finales de 2021 y el repunte esperado en la segunda mitad de 2022.
La principal amenaza respecto al escenario base, precisó el análisis, es una posible prolongación del conflicto y sus efectos, o de los precios del petróleo en los niveles promedio de los primeros meses de la guerra, durante todo este año, con lo cual el aumento del PIB será de sólo 0,3 por ciento.
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