Los hechos ocurrieron la víspera cuando el avión, un Boeing 777 procedente de Nueva York, tuvo que abortar la maniobra de aterrizaje en el último segundo al comprobar los pilotos que el aparato no respondía a los controles y se desviaba de su trayectoria.
Según algunos testimonios de los pasajeros el avión realizó un movimiento muy brusco y remontó el vuelo, sin embargo el capitán no informó de qué estaba ocurriendo.
Tras cerca de 20 minutos sobrevolando el cielo de París, la aeronave realizó un nuevo acercamiento a la pista de aterrizaje donde pudo tomar tierra sin problemas.
Pese a la gravedad del incidente, Air France restó importancia a los hechos señalando que el “Boeing 777 interrumpió su secuencia de aterrizaje y realizó un giro (go-around) durante la aproximación a París-Charles de Gaulle”, y aclaró que “la tripulación aterrizó el avión con normalidad tras una segunda aproximación”.
Para la aerolínea esta maniobra “está definida por las autoridades, los fabricantes de aviones y Air France como un procedimiento normal en interés de la seguridad”, y por tal razón “la tripulaciones reciben formación y son instruidas regularmente en estos procedimientos practicados por todas las compañías aéreas”, dijo la nota.
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