El esquema incluirá una serie de medidas voluntarias en el sector de la gastronomía, la industria de los alimentos y las organizaciones de la agricultura, de acuerdo con un comunicado del ministerio de Medio Ambiente.
Algunas de las medidas recogidas en el plan serán extender la vida útil de los productos, mejorar el empaque, la planificación de cultivos y aumentar las donaciones de alimentos a organizaciones de bienestar, precisó el organismo.
De igual forma, el Gobierno reevaluará la repercusión del programa en 2025 y determinará si son necesarias medidas adicionales para alcanzar el objetivo de reducción de 2030.
Casi un tercio de los alimentos producidos para los consumidores no se come y se desperdicia, lo que equivale a 330 kilogramos de residuos por año per cápita, según el comunicado del ministerio.
Con el desperdicio de alimentos también se malgastan la energía y el agua que requiere el cultivo, la cosecha, el transporte y el empaque.
Por tanto, eso repercute en afectaciones a los recursos no renovables del medio ambiente y también tiene consecuencias económicas negativas, agrega.
Asimismo, el organismo suizo explicó que los programas existentes solo tienen un impacto limitado e insuficiente, y que su país se propone metas aún más responsables con el medio ambiente.
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