El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) reveló que con 132 cámaras remotas submarinas colocadas sobre estructuras de metal con carnada para atraer a depredadores, acumularon información para estudiar la distribución, variedad y cantidad de tiburones, atunes y otras especies pelágicas (pasan la mayoría de su tiempo en ambientes alejados de la costa).
Además, gracias a la moderna tecnología, lograron medir el tamaño de los animales, un parámetro muy importante para analizar la salud de sus poblaciones, refirió.
Los hallazgos preliminares -indicó- muestran al menos 14 especies detectadas en ambientes pelágicos, incluyendo especies en estado de amenaza como tiburones martillo, zorro y sedoso; además de marlín rayado y negro, atún aleta amarilla, delfines y otras especies de peces pequeños.
Adicionalmente, precisó, solo se detectaron tiburones en aquellas cámaras colocadas cerca de los montes submarinos en comparación a las cámaras colocadas a una cierta distancia de los mismos, ratificando así su importancia como sitios de agregación de especies.
La viceministra de Aguas y Mares del Minae, Cynthia Barzuna, sostuvo que el Área Marina de Manejo del Bicentenario Montes Submarinos permite proteger una porción de la Cordillera Volcánica del Coco, cuyas estructuras son cruciales para la conectividad en el océano y el mantenimiento de la biodiversidad marina, al ser refugio para especies de profundidad.
Dichas especies están adaptadas de forma única, por lo que son altamente vulnerables a los impactos humanos, apuntó.
Marta Cambra, bióloga marina e investigadora del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), reveló que los resultados preliminares nos indican que los montes submarinos son un punto caliente de biodiversidad marina.
«Con estos datos que estamos analizando y con datos que vamos a colectar en próximas expediciones podremos conocer mejor cómo cambia el estado de salud de estas especies pelágicas y definir estrategias efectivas para garantizar su protección».
El Minae señaló que esos montes submarinos forman parte de la Cordillera Volcánica del Coco, la cual conecta al Parque Nacional Isla del Coco con el Parque Nacional Galápagos, en Ecuador.
Son montañas sumergidas que se levantan desde el fondo marino a unos tres mil metros de profundidad actuando como barreras para las corrientes marinas frías y cargadas de nutrientes, explicó.
Detalló que al chocar contra los montes submarinos, estas corrientes se ven obligadas a ascender hacia la superficie, incrementando la cantidad de nutrientes disponibles para organismos marinos.
Esta es la primera de una serie de expediciones que realizará el equipo de científicos del Cimar, de la Universidad de Costa Rica, y funcionarios del Área de Conservación Marina Coco, como parte del proyecto Fortalecimiento de la conservación marina y el desarrollo costero sostenible entre el litoral del Pacífico Central y el Área de Conservación Marina Coco.
mem/ale