Más de cuatro años y seis meses de prisión cumplió el exvicemandatario, sentenciado a 8 y 6 años en dos casos repetidamente denunciados como montajes para ocultar la persecución política en su contra por oponerse a decisiones del expresidente Lenín Moreno, con quien ganó las elecciones en 2017 e inició un segundo período de gestión.
EL recurso fue admitido la víspera en la Unidad Judicial Multicompetente de Manglaralto, provincia de Santa Elena, e inmediatamente comenzó el trámite para la excarcelación.
A su salida del Centro de Rehabilitación de Latacunga, en Cotopaxi, decenas de personas lo esperaban, entre ellas miembros de organizaciones sociales que cada domingo se apostaron en los exteriores del penal para exigir su liberación.
Correligionarios, asambleístas de la bancada de la Unión por la Esperanza, aglutinadora de miles de defensores del Movimiento Revolución Ciudadana y pueblo en general también estuvieron en la concentración, a la que Glas respondió con saludos, abrazos y una amplia sonrisa.
«Es un alivio que Jorge pueda volver con su familia, a su hogar, a ser cobijado por el calor de la militancia, por los megavatios de soberanía y por la revancha de la historia», aseguró en Twitter el excandidato presidencial Andrés Arauz.
«Nunca han podido demostrar ningún acto irregular de Jorge Glas, a pesar de haberlo investigado durante más de cuatro largos años en que lo han privado de su libertad. Él es un hombre honrado e inocente y todos lo sabemos. Su libertad es un acto de Justicia», expresó de su lado el excanciller y exministro de Defensa Ricardo Patiño.
Según el despacho de abogados belga Ius Cogens, que trabaja en la defensa a nivel internacional basado en temas de derechos humanos y vulneración de derechos constitucionales contra miembros de la Revolución Ciudadana, uno de los argumentos para la aprobación del Habeas Corpus es el estado de salud de Glas, demostrado por el Ministerio de Salud Pública y entes internacionales.
Otro elemento de peso resultó los actos cometidos en contra de personas cercanas al beneficiario, pues el hermano fue secuestrado y su abogado en Ecuador asesinado, lo cual también incidió en su salud mental.
«Es relevante, asimismo, las condiciones en las que se encuentran las cárceles ecuatorianas», agregó el equipo.
Finalmente recalcó que esos y otros argumentos demuestran vulneración en los derechos fundamentales a la vida, la integridad física y el acceso a beneficios penitenciarios, pues ya hace un año y tres meses debió tener acceso a la prelibertad por haber cumplido la mayor parte de la sentencia.
Al respecto la abogada internacional de su defensa, Sonia Vera, enfatizó que la resolución pone en cumplimiento el artículo 426 de la Constitución, según el cual los instrumentos internacionales de derechos humanos serán de inmediato cumplimiento.
Glas fue detenido en octubre de 2017 y procesado por el caso conocido como Odebrecht sobre pagos irregulares de esa empresa brasileña en Ecuador, a cambio de adjudicación de obras, a lo cual se sumó el proceso identificado como Sobornos.
Sus defensores denunciaron desde el inicio de las causas numerosas irregularidades y una judicialización de la política (lawfare), como resultado de la persecución de la que fueron objeto los seguidores del exmandatario Rafael Correa, quien lideró la denominada Década Ganada (2007-2017), conocida por logros sustanciales en materia social y económica.
En contraposición al fallo judicial respaldado ampliamente dentro y fuera del país, y por disposición de la presidencia de la República y el Ministerio de Gobierno, el Servicio de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores anunció que apelará, lo cual ya desató fuertes críticas.
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