En un contexto marcado por el impacto de la Covid-19 y la recurrente necesidad de escapar del confinamiento, los libros ganaron terreno como puertas de escape a otras épocas y universos más esperanzadores.
Así lo manifestó la escritora estadounidense Margarita Engle, durante su mansaje oficial por la efeméride, al afirmar la capacidad de las palabras para seducir e instar a ‘bailar ritmos, rimas, latidos del corazón, galopes, aleteos, cuentos nuevos y viejos, fantasías y realidad’.
Bajo el título La música de las palabras e ilustrado por el brasileño Roger Mello, el manifiesto evoca los paisajes e historias contenidos en cada volumen, así como su fuerza para unir las voces por un objetivo común y abogar por la paz, alegría y amistad.
‘Cuando leemos, a nuestras mentes les crecen alas. Cuando escribimos, nuestros dedos cantan. Las palabras son percusiones y flautas en la página, pájaros cantores que alzan el vuelo y elefantes trompeteros, ríos que fluyen, cascadas que caen mariposas que revolotean áen lo alto del cielo!’, escribió la autora.
Proclamada por la Organización Internacional para el Libro Juvenil en 1967, la efeméride coincide con el natalicio del escritor danés Hans Christian Andersen y busca despertar el interés por la lectura, para hacer de esta práctica un hábito de vida.
Andersen, creador de diversos cuentos clásicos de la literatura infantil, es hasta la actualidad uno de los escritores más leídos en todo el mundo, con textos traducidos a más de ochenta idiomas y llevados tanto al teatro como al séptimo arte.
La efeméride constituye, además, una ocasión para enaltecer el poder de la literatura en la formación de la personalidad, a través de historias aleccionadoras como El patito feo, Pinocho, El principito, Alicia en el País de las Maravillas, entre otros títulos.
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