Muchos de esos animales parecen ser muy vulnerables a las presiones humanas, lo cual resulta preocupante a medida que el cambio climático se agrava y las zonas agrícolas siguen expandiéndose, afirmó el autor principal, doctor Charlie Outhwaite.
«Nuestras conclusiones ponen de manifiesto la urgencia de adoptar medidas para preservar los hábitats naturales, frenar las cosechas de alta intensidad y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero», añadió en la revista británica Nature.
La pérdida de poblaciones de insectos podría ser perjudicial no sólo para el medio ambiente, donde estas especies a menudo desempeñan funciones clave en los ecosistemas locales, sino también para la salud humana y la seguridad alimentaria, en particular con la merma de polinizadores, remarcó el profesor de la University College de Londres (UCL).
Estos hallazgos, «pueden representar sólo la punta del iceberg, ya que hay pruebas limitadas en algunas áreas, en particular en los trópicos, que encontramos tienen disminuciones altas en la biodiversidad de insectos en las áreas más afectadas», subrayó Outhwaite.
El doctor Tim Newbold, igualmente miembro de la UCL, comentó por su parte que una gestión cuidadosa de las zonas agrícolas, como la preservación de los hábitats naturales cerca de las tierras de cultivo, ayudaría a garantizar la prosperidad de tan importantes animales.
Los científicos implicados en la investigación analizaron tres cuartos de millón de registros de casi 20 mil especies de insectos de todo el planeta.
La caída de estos debido a la influencia humana puede ser incluso mayor de lo que sugieren sus resultados, enfatizaron en el texto.
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