El ministro de Economía, Comercio e Industria, Koichi Hagiuda, advirtió en conferencia de prensa que, con la hipotética salida del proyecto, Rusia u otro país podría adquirir la participación nipona, lo cual debilitaría la efectividad de las sanciones occidentales y quizás aumentaría el precio del gas natural y el petróleo.
“Si las concesiones se transfieren a un tercer país, la retirada no sería un gran golpe para Rusia y nuestras preocupaciones se harán realidad”, recalcó.
Las declaraciones de Hagiuda tienen lugar luego de conocerse la posibilidad de que la empresa británica Shell venda su parte de Sajalín 2 a homólogas chinas.
Participar en la perforación y obtención de hidrocarburos al extremo este de Rusia garantiza a Japón un suministro estable a largo plazo y a bajo costo, e involucra a importantes firmas nacionales como Mitsui & Co. y Mitsubishi Corporation, junto a la estatal rusa Gazprom.
De acuerdo con las operadoras japonesas, el negocio administrado por Sakhalin Energy Investment produce 150 mil barriles diarios de petróleo y licúa 9,6 millones de toneladas de gas natural al año, y de este último recurso Japón recibe cerca del 60 por ciento.
Además, la isla donde se llevan a cabo las operaciones posee una ubicación estratégica para Tokio por su cercanía geográfica.
Incluso con voces internas opuestas a mantener cualquier tipo de vínculo comercial con Rusia, el primer ministro, Fumio Kishida, ha reiterado en varias ocasiones que Sajalín 2 es extremadamente importante para Japón en materia de seguridad energética.
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