Esta no es sólo una guerra que Washington quería, es un conflicto que él provocó. Los miles de millones de dólares en armas enviados a Ucrania bajo las tres últimas presidencias, el golpe de estado en Kiev en el 2014… todo estaba calculado para provocar la situación actual, afirmó.
Alertó, además, que no queda nada de la ficción de que Estados Unidos y la OTAN no están en guerra con Rusia. En la búsqueda del cambio de régimen, el desmembramiento de Rusia y el saqueo de sus vastos recursos, el imperialismo estadounidense se arriesga a una guerra nuclear.
Damon hizo estas declaraciones un día después de que el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, viajaran a Kiev para reunirse con el presidente Volodimir Zelensky, en la visita oficial de más alto nivel a la capital de Ucrania desde que estalló el conflicto entre ese país y Rusia.
Según el experto, los oficiales estadounidenses visitaron Kiev este domingo para dar al líder ucraniano sus órdenes de marcha.
“Los oligarcas ucranianos han sido comprados con miles de millones de dólares para entregar a su pueblo como carne de cañón en un conflicto con Rusia”, explicó en un artículo divulgado por la publicación World Socialist Web Site.
El viaje de Blinken y Austin ocurrió sólo 10 días después de que el mandatario estadounidense Joe Biden anunciara el envío de mil 600 millones de dólares en armas a Ucrania, incluyendo aviones, drones, artillería y vehículos blindados.
Combatir una «guerra caliente en territorio ucraniano» ha sido un objetivo central de la planificación imperialista desde al menos el golpe de estado ucraniano de 2014, explicó Damon.
El pasado 24 de febrero, los esfuerzos de la Casa Blanca y de sus aliados de la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN), de convertir a Ucrania en una fortaleza de las potencias occidentales provocaron un estallido que trae graves peligros para el mundo, comentó.
“Ahora, dos meses después –dijo el politólogo–, los funcionarios estadounidenses declaran públicamente lo que antes sólo admitían en secreto: La Casa Blanca es la fuerza motriz de una guerra cuyo objetivo es paralizar y subyugar a Rusia y derrocar a su gobierno, sin importar el coste en vidas ucranianas”.
Prueba de ello es la declaración del excomandante del ejército estadounidense en Europa, Ben Hodges, quien durante una entrevista reciente con la cadena CBS, adminitió que, «No somos simples observadores animando a Ucrania. Queremos ganar”.
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