La línea entre defender Ucrania y atacar a Rusia es cada vez más tenue, afirmó Landale, tras apuntar que una cosa es suministrar cohetes antitanques a Ucrania y otra bien distinta enviar drones y artillería de largo alcance.
El analista hizo la advertencia al comentar este martes unas declaraciones del secretario de Estado británico para las Fuerzas Armadas, James Heappey, quien defendió que el Ejército ucraniano utilice las armas donadas por Reino Unido y otras potencias occidentales para atacar objetivos en suelo ruso.
Según Heappey, quien fue militar antes de ocupar un curul en el Parlamento por el Partido Conservador, en una guerra es totalmente legítimo tratar de destruir las vías de suministro y la logística en la profundidad de las líneas enemigas.
Landale consideró, no obstante, que las palabras del funcionario son un reflejo de la creciente intervención de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el conflicto, al señalar que el apoyo militar de Occidente a Ucrania es cada vez mayor.
Rusia comenzó el 24 de febrero pasado lo que el presidente Vladimir Putin calificó como una operación militar especial en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los bombardeos por parte de las fuerzas armadas ucranianas.
Reino Unido, Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de los aliados de la OTAN acusan a Putin de lanzar una invasión en gran escala contra el país vecino, e implementaron sanciones económicas y financieras contra Rusia.
La alianza militar noratlántica asegura que no tiene intenciones de entrar en combate con las tropas rusas, pero incrementó en las últimas semanas la entrega de armas a los militares ucranianos, incluido al controvertido batallón Azov, integrado por elementos ultranacionalistas y extremistas
La víspera, el ministro de Defensa británico, Ben Wallace, confirmó en la Cámara de los Comunes que Londres envió un lote de carros blindados Stormer equipados con lanzaderas para misiles antiaéreos Starstreak, también fabricados en Reino Unido.
Wallace anunció, además, que desde que las tropas rusas entraron en Ucrania en febrero, Londres suministró a Kiev más de cinco mil cohetes antitanque, cinco sistemas de defensa antiaéreos, 4,5 toneladas de explosivo plástico, además de raciones de alimento, material sanitario, chalecos antibalas, cascos y botas.
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