La información tiene masa y todas las partículas elementales, los bloques de construcción más pequeños, almacenan datos sobre sí mismos, de forma similar a como los humanos el ADN, remarcó el doctor Melvin Vopson, de la Universidad de Portsmouth, Reino Unido, autor del texto.
“Este sería un momento eureka porque transformaría la física tal como la conocemos y ampliaría nuestra comprensión del cosmos, pero no entraría en conflicto con ninguna de las leyes existentes”, acotó el experto.
No contradice la mecánica cuántica, la electrodinámica, la termodinámica o la mecánica clásica, todo lo que hace es complementar esta disciplina con algo nuevo e increíblemente emocionante, abundó, y afirmó además que la información podría ser la escurridiza materia oscura que constituye casi un tercio del universo.
“Si asumimos que es física y tiene masa, y que las partículas elementales tienen un ADN de información sobre sí mismas, ¿cómo podemos probarlo?. Trato de poner a prueba estas teorías para que los investigadores internacionales puedan tomarlas en serio”, subrayó.
El experimento propone cómo detectar y medir la información en una partícula elemental mediante colisión partícula-antipartícula, pues –estima- que esta en un electrón es 22 millones de veces más pequeña que su masa, pero se puede medir el contenido borrándola.
“Sabemos que cuando chocas una partícula de materia con una partícula de antimateria, se aniquilan entre sí.
Y la información de la partícula tiene que ir a alguna parte cuando se aniquila”, añadió.
Vopson predice la energía exacta de los fotones infrarrojos resultantes del borrado de la información y considera que su trabajo podría demostrar cómo la información es un componente clave de todo en el universo y podría surgir un nuevo campo de estudios en física.
De confirmarse la hipótesis, advirtió, estaríamos ante otra forma de materia, junto con sólido, líquido, gas y plasma.
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