El funcionario indicó en declaraciones al canal RT que ese organismo investiga un caso criminal relacionado con el desarrollo de armas biológicas de destrucción masiva, financiado por el Departamento de Defensa estadounidense y otras organizaciones implicadas de ese país.
Según Bastrykin, el análisis de los documentos obtenidos durante la indagación en Ucrania permitió identificar el círculo de personas relacionadas con las actividades biológicas militares en esa nación, incluidos representantes del Pentágono y des empresas contratistas norteamericanas.
“Estados Unidos realizó de forma sistemática trabajos de mejora y reequipamiento de unas tres docenas de instituciones científicas de los Ministerios de Salud y Agricultura de Ucrania, así como de varias instalaciones sanitarias y epidemiológicas del mando de las fuerzas médicas del Ministerio de Defensa de Ucrania”, dijo.
Advirtió que los resultados de los estudios fueron trasladados a los territorios controlados por Kiev antes del inicio de una operación militar en Rusia.
Sin embargo, el jefe de las fuerzas de defensa radiológica, química y biológica rusas, Ígor Kirílov, denunció el pasado 14 de abril que Washington destinó en los últimos años más de 350 millones de dólares en proyectos del Centro de Ciencia y Tecnología de Ucrania.
Aclaró que el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa de Estados Unidos son los clientes y patrocinadores de esa institución ucraniana, que también recibe ingresos de la Agencia de Protección del Medio Ambiente y de los Departamentos de Agricultura, Salud y Energía norteamericanos.
Citó un documento del 11 de marzo pasado, elaborado por los financistas del centro, que llamó la atención sobre un éxodo de desarrolladores de sistemas vectores y armamentos avanzados que trabajaban para instituciones ucranianas, así como de expertos en la creación de armas biológicas, radiológicas, químicas y nucleares.
Kirílov denunció que, según evidencias halladas, científicos estadounidenses realizaron pruebas de medicamentos biológicos potencialmente peligrosos en pacientes del hospital psiquiátrico clínico número 3, en la ciudad ucraniana de Merefa, en la región de Járkov, entre 2019 y 2021.
Apuntó que personas con trastornos mentales fueron seleccionadas para los experimentos teniendo en cuenta su edad, nacionalidad y estado inmunológico.
“En formularios especiales se tuvo en cuenta el resultado del seguimiento continuo del estado de los pacientes. La información no se ingresó en la base de datos del hospital, el personal de la institución médica firmó un acuerdo de confidencialidad”, apuntó.
acl/mml