Un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores en su portal web denunció que «el Gobierno de F. Kishida desató una campaña antirrusa sin precedentes, permitiéndose una retórica inapropiada en relación con Rusia, así como calumnias y amenazas directas».
Asimismo, el texto remarcó que el jefe de Gobierno lleva a cabo una política orientada a socavar las relaciones de buena vecindad, dañar la economía y la imagen internacional de Rusia.
En la lista de sancionados figuran el ministro portavoz del Gabinete, Hirokazu Matsuno; y los titulares de Exteriores, Yoshimasa Hayashi; Defensa, Nobuo Kishi; Finanzas, Shunichi Suzuki; Justicia, Yoshihisa Furukawa, y de Reconstrucción, Kosaburo Nishime, a cargo también de Asuntos de Okinawa y Territorios del Norte; entre otros 63 altos representantes del Gobierno japonés.
La medida de las autoridades rusas responden a las restricciones que impone Kishida por la operación militar especial de Moscú en Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero.
Los máximos representantes de Tokio se unieron al presidente estadounidense, Joe Biden y a los 27 países de la Unión Europea en la guerra económica contra la nación euroasiática.
Numerosos países condenaron el operativo ruso en territorio ucraniano, y con ello activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible.
Por primera vez, las sanciones incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, la inmovilización de las reservas internacionales de su Banco Central y, en el caso de países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia, el embargo sobre la importación de petróleo ruso.
Según la base de datos Castellum.AI, Rusia es ahora el país más castigado por las sanciones, por delante de Irán, Siria, Corea del Norte y Venezuela. Desde mediados de febrero pasado se activaron casi siete mil 400 nuevas medidas restrictivas en relación con Moscú, en adición a las más de dos mil 750 que ya estaban en vigor.
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